lunes, 18 de marzo de 2013

JESÚS Y EL TEMPLO EN MARCOS.

                Gran parte del relato marcano avanza mediante la ironía dramática, pero las escenas más importantes y complejas suceden cuando Jesús se encuentra en el templo durante la última semana de su vida. Nos centramos en dos de ellas: la purificación del templo (11,1-25) http://evangeliodemarcosjuanmateos.blogspot.com.es/2011/08/vii-en-el-templo-denuncia-y.html y el discurso apocalíptico (13,1-37)
http://evangeliodemarcosjuanmateos.blogspot.com.es/2011/08/viii-el-grupo-cristiano-en-la-historia.html + http://evangeliodemarcosjuanmateos.blogspot.com.es/2011/08/introduccion-al-discurso-pregunta-de.html + http://evangeliodemarcosjuanmateos.blogspot.com.es/2011/08/respuesta-de-jesus-la-ruina-de.html.

                 Uno de los episodios más famosos de todos los evangelios es aquel en el que Jesús expulsa del templo a los cambistas. Sin embargo, en el evangelio de Marcos adquiere un papel especialmente importante, puesto que se trata de la acción que finalmente conduce a la muerte de Jesús. También se presenta esta escena en Marcos de forma poco habitual, pues las acciones que Jesús realiza en el templo se unen con un extraño relato de un milagro en el que Jesús maldice una higuera.

                 Representamos gráficamente esta escena:

A. La entrada triunfal: Mc 11,1-10:

11 1Cuando se acercaban a Jerusalén, esto es, a Betfagé y Betania, en dirección al Monte de los Olivos, envió a dos de sus discípulos 2diciéndoles:
-Id a la aldea que tenéis enfrente; al entrar en ella encontraréis enseguida un borrico atado que nadie ha montado todavía; desatadlo y traedlo. 3Y si alguien os pregunta por qué lo hacéis, contestadle: «El Señor lo necesita y lo devolverá cuanto antes».
"Fueron ellos, encontraron el borrico fuera, en la calle, atado a un portón, y lo desataron. 5 Algunos de los que estaban allí les dijeron:
-¿Qué hacéis desatando el borrico?
6Ellos les contestaron como les había dicho Jesús, y los dejaron.
7Llevaron el borrico adonde estaba Jesús, lo cubrieron con sus mantos y él se sentó encima. Muchos alfombraban el camino con sus mantos; otros, en cambio, con ramas que habían cortado en las fincas. 9Los que iban delante y los que seguían gritaban:
-i Sálvanos! i Bendito el que viene en nombre del Señor!
10¡Bendito el reinado que llega, el de nuestro padre David!
iSálvanos desde lo alto! 
B.1. En el Templo: Mc 11,11.
11,11Entró en Jerusalén, esto es, en el templo, lo miró todo en torno y, como era ya tarde, salió para Betania con los Doce.

C.1. Maldice la higuera: Mc 11,12-14.

12 Al día siguiente, cuando salieron de Betania, sintió hambre. 13Viendo de lejos una higuera con hojas, fue a ver si encontraba algo en ella, pero al acercarse no, encontró nada más que hojas, porque el tiempo no habla sido de higos. 14Reaccionó diciéndole:  -Nunca jamás coma ya nadie fruto tuyo. Los discípulos lo estaban oyendo. 

B.2. Purificación del templo: Mc 11,15-17.

15Llegaron a Jerusalén, entró en el templo y empezó a echar a los que vendían y compraban allí; volcó las mesas de los cambistas y los asientos de los que vendían palomas; 16y no consentía que nadie transportase objetos atravesando por el templo. 17Luego se puso a enseñar diciendo:
-¿No está escrito: “Mi casa ha de llamarse casa de oración para todos los pueblos”? En cambio, vosotros la tenéis convertida en una cueva de bandidos.
B.3. Conspiración: Mc 11,18-19.

18Se enteraron los sumos sacerdotes y los letrados y buscaban una manera de acabar con él; de hecho, le tenían miedo, porque toda la multitud estaba impresionada de su enseñanza.
19Cuando anocheció, salieron fuera de la ciudad.

C.2. Lección de la higuera. Mc11,20-25.

20 Al pasar por la mañana vieron la higuera seca de raíz. 21 Pedro se acordó y le dijo a Jesús:    
-Rabbí, mira, la higuera que maldijiste se ha secado.
22Jesús le repuso:
-Tened fe en Dios. 23 Os aseguro que quien diga a ese monte: “Quítate de ahí y tírate al mar”, y no vacile en su interior, sino que tenga fe en que lo que dice va a suceder, lo obtendrá. 24Por eso os digo: cualquier cosa que pidáis en vuestra oración, tened fe en que la habéis recibido y la obtendréis. 25Y cuando estéis orando, perdonad lo que tengáis contra quien sea, para que también vuestro Padre del cielo os perdone vuestras faltas. (1).

               La escena sigue directamente a la entrada triunfal (A), pero mientras que Mateo y Lucas presentan a Jesús purificando inmediatamente el templo, en Marcos solamente entra en el templo y lo abandona (B.1). Luego, al día siguiente, de camino al templo, Jesús maldice en primer lugar la higuera (C.1) y, posteriormente, purifica el templo (B.2). A continuación, Marcos dice explícitamente que esta acción hizo que los "jefes de los sacerdotes y los escribas" tramaran su muerte, y en el resto del relato de la pasión, ellos, y sólo ellos, son los únicos responsables. Finalmente, la secuencia concluye con otro viaje en el que pasan junto a la higuera, ahora ya seca. La colocación de la purificación del templo entre los dos encuentros con la higuera fuerza al lector a contemplar uno a la luz del otro. Con otras palabras, la higuera se convierte en un símbolo alegórico del templo, por lo que la purificación es realmente una maldición. La higuera seca representa la destrucción del templo.

               Pero ¿por qué razón una higuera? Este relato es un tanto extrañopor otra razón, pues dice que tenía hojas pero no era tiempo de higos; por tanto, ¿por qué la maldice por no tener ninguo? Encontramos una clave del efecto dramático del relato en el discurso apocalíptico del capítulo 13, donde vuelve a aparecer la higuera; Mc 13,28-30:
              
La ruina de Jerusalén: Su momento. (Mt 24,32-35; Lc 21,29-33).

28De la higuera, aprenden el sentido de la parábola: Cuando ya sus ramas se ponen tiernas y echa las hojas, sabéis que el verano está cerca.
29 Así también vosotros: cuando veáis que esas cosas están sucediendo, sabed que está cerca, a las puertas.
30 Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo eso se cumpla.(2)
                 La higuera con hojas es un símbolo de la aproximación del eschaton, y, por consiguiente, Marcos entiende que la destrucción del templo es un signo de que el eschaton llegaría durante aquella misma generación.
                 La clave para entender Marcos se encuentra en el discurso apocalíptico, en ocasiones llamado el "Pequeño Apocalipsis" (Mc 13,1-37) (citado anteriormente). Comienza presentando a Jesús y sus discípulos abandonando el templo de día y regresando a Betania, donde se alojaban. Ello les haría atravesar el monte de los Olivos, y, mientras iban de camino, un discípulo hace un comentario sobre el esplendor arquitectónico del templo (13,1), al que Jesús responde diciendo: "No quedará aquí piedra sobre piedra. Todo será destruido" (13,2). Se trata, claramente, de una referencia a la destrucción del templo en el año 70. A continuación, el círculo más íntimo de discípulos le pregunta: "¿Cuándo ocurrirá eso?" (13,4), lo que da lugar al resto del discurso, que Marcos presentaa como una sola intervención de Jesús (13,5-37). Tras la advertencia de que sean precavidos con algunos de los signos que anunciarán los acontecimientos, como los falsos mesías, el hambre y la guerra (13,5-7), encontramos la potente imagen de la Jerusaléne expectante: "Esto no será sino el comienzo de los dolores de parto" (13,8). A continuación llega el aviso sobre la persecución que sufrirán los que proclamen el Evangelio (13,9-13). En este punto observamos una referencia a la experiencia de los seguidores posteriores de la comunidad marcana. Luego encontramos los auténticos "signos" de la destrucción: Mc (13,14-23):

         La ruina de Jerusalén: No habrá señal salvadora (Mt 24,15-28; Lc 21,20-24).

14Cuando veáis que el execrable devastador ha puesto el pie donde no tiene que hacerlo -téngalo presente el lector-, entonces, los que estén en Judea huyan a los montes, 15el que esté en la azotea no baje ni entre para coger algo de su casa, 16y el que esté en el campo no vuelva atrás para coger su manto.
17¡Pobres las que estén encinta o criando en aquellos días!
18Pedid que no suceda en invierno.
19Porque aquellos días serán una angustia tal como no la ha habido desde el principio de la humanidad que Dios creó hasta ahora, no la habrá nunca más.
20Y si el Señor no hubiese acortado los días, no se salvaría ningún mortal, pero por los elegidos que él eligió ha acortado los días.
21Y entonces, si alguien os dice: "Mira, aquí está el Mesías, míralo allí", no lo creáis, 22porque surgirán mesías falsos y profetas falsos y ofrecerán señales y prodigios que desviarían, si fuera posible, a los elegidos.
23¡Y vosotros, cuidado!, os lo he predicho todo. (3).

                      Vemos aquí al autor de Marcos aparecer desde detrás del personaje Jesús para hablar directamente a sus destinatarios: "Procure entenderlo el que lee" (13,14). La frase "ídolo abominable" se utilizó en los escritos del período de la revuelta macabea para referirse a la profanación del templo por Antíoco Epífanes http://es.wikipedia.org/wiki/Ant%C3%ADoco_IV_Ep%C3%ADfanes ( 1 Mac 1,54; Dn 9,27; 11,31; 12,11); en nuestro texto puede referirse a la confiscación del tesoro del templo, a la ocupación del templo por los zelotas, al cese de los sacrificios durante los últimos meses del cerco o la destrucción final y el saqueo del templo por los soldados de Tito. Como mínimo, la "profanación" es un signo de que la destrucción está cerca. Luego, el texto advierte de nuevo contra los falsos mesías que surgirán en conexión con estos sucesos.
                      Mc 13 parece ser todo un esfuerzo por corregir la errónea interpretación de, por lo menos, algunos miembros de la comunidad marcana que pensaban que la guerra constituiría el retorno escatológico de Jesús. En su lugar, Marcos presenta a Jesús "prediciendo" estos sucesos como forma de corregir las expectativas apocalípticas, utilizando para ello, según hemos visto antes, la forma del discurso apocalíptico para reinterpretarlas. El objetivo de Marcos es doble. Primero, la destrucción del templo fue -como la maldición de la higuera- un castigo porque el templo no era puro. En este sentido, la reinterpretación marcana es muy parecida a la opinión de otros judíos de su tiempo. No obstante, a este motivo Marcos añade otra dimensión al vincular la impureza del templo con el papel de los sacerdotes en la muerte de Jesús. En segundo lugar, Marcos no presenta la destrucción del templo como un evento estrictamente escatológico, sino solamente como los "dolores de parto" que preparan el eschaton. Con otras palabras, a los lectores de Marcos se les estaba diciendo que los sucesos traumáticos que tan recientemente habían ocurrido en Jerusalén eran -como el comienzo de una actividad- la señal de que era inminente la irrupción de la era escatológica, que, de hecho, acontecería durante la vida de aquella generación (13,32-37). A pesar de que no la habían interpretado antes correctamente, Jesús regresaría muy pronto. Por consiguiente, al presentar las diversas interpretaciones erróneas de quienes se encontraban en torno a Jesús -amigos y enemigos también-, el relato marcano configura una comprensión adecuada de la identidad mesiánica de Jesús y de las expectativas escatológicas para su propia comunidad de seguidores. Con otras palabras, se trata de otro modo de reinterpretación a la luz de lo sucedido en la guerra.
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(1). Texto utilizado: la Nueva Biblia Española.
(2). Texto utilizado: la Nueva Biblia Española.
(3). Texto utilizado: la Nueva Biblia Española.
                     

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