jueves, 18 de abril de 2013

Apologética romana y autodefinición cristiana.

               El autor de Lucas-Hechos se encuentra en un nuevo plano del desarrollo del movimiento de Jesús. El esfuerzo por escribir una historia del movimiento constituye también una ocasión para su autodefinición o, al menos, para quienes leerían la obra de Lucas-Hechos. La enfática utilización que hace de personajes y acontecimientos romanos forma también parte de la irrupción de un deseo por situar el movimiento de Jesús en el escenario mundial del Imperio romano. Aun así, su visión de la historia en épocas diferentes y el cuadro del desarrollo de la Iglesia se escriben claramente para los de dentro. Esto sería únicamente lógico en una obra que se escribiera para unos seguidores gentiles en la última década del siglo I, que ahora empezaban a llamarse "cristianos".

               Esta nueva coincidencia de sí plantea otras cuestiones a los cristianos que viven en las ciudades griegas y romanas: ¿no eran una secta judía? ¿No fue su fundador un judío renegado y ejecutado por las autoridades romanas? ¿No era esa misma gente la que sólo unos años antes se había rebelado contra la autoridad de Roma? En cierto modo, se trataba de las mismas cuestiones que Josefo tenía que afrontar, por lo que sus "historias" funcionan, de igual modo, como una apologética. En el caso de Josefo, sin embargo, se trata de una apología del judaísmo en general; en el caso de Lucas-Hechos, nos encontramos con la primera apología del movimiento de Jesús en cuanto tal. Este tipo de literatura apologética pretendía responder a las percepciones y prejuicios de los de fuera, pero no directamente. Se escribió principalmente para los miembros que vivían en los márgenes de la cultura grecorromana, cuyos vecinos podrían haber tenido esas percepciones y prejuicios. Lucas-Hechos funciona, pues, como un tipo de instrucción apologética para responder a estas cuestiones y, al hacerlo, da forma a un nuevo sentido de la autocomprensión cristiana (1).

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(1). Sobre la intencionalidad apologética, cf. P. F. Esler, Community and Gospel in Luke-Acts: The Social and Political Motivations of Lucan Theology, Cambridge University Press, Cambridge 1987, pp. 205-210.

lunes, 15 de abril de 2013

LA ESCATOLOGÍA EN LUCAS-HECHOS.

                    Para comprender la importancia del plan lucano de recordar que prácticamente la totalidad de las ideas apocalípticasde la primera y la segunda generaciones cristianasdel movimiento de Jesús estaban dominadas por las expectativasde una escatología inminente, en estrecha sintonía con el tradicional pensamiento apocalíptico judío. En este contexto, el carácter y la identidad del mesías estaban inextricablemente unidas a su función de marcar el comienzo del eschaton. El categóricodicho deMc 9,1 (1) refleja esta idea, pues Jesús predice que el reino escatológico llegaría durante aquella misma generación: "Yo os aseguro que entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán de la muerte hasta que vean venir con poder el Reino de Dios". Por supuesto, esta afirmación queda abierta a la interpretación de lo que significa el "reino" y el modo en que vendrá. Aun así, se trata de una forma muy tradicional de la escatología inminente. A lo largo de la primera generación del movimiento, esta esperanza inminente siguió inpertérrita (cf. 1 Tes 1,9-10 (2); Rom 13,11-12 (3) y, sin duda, contribuyó a su consternación por la destrucción de Jerusalén.

               Pero ¿qué ocurre cuando el tiempo empieza a alargarse o no llegan a materializarse los signos del retorno de Jesús? Esta crisis de la esperanza, habitualmente denominada el "retraso de la parusía", adquiere una mayor importancia en el período tras la primera revuelta, cuando todos los judíos, en general, comenzaron a hacerse cargo de qué era lo que había fallado. Habían pensado que la guerra era el signo de que el reino estaba a punto de llegar. A esta opinión es a la que precisamente trata de responder el discurso apocalíptico de Marcos. La respuesta que dio fue que estos supuestos signos asociados con la guerra eran un engaño (Mc 13,21-23) (4), pero que el conjunto del episodio, incluida la destrucción del templo, constituía el verdadero "signo" de que el retorno de Jesús era inminente (Mc 13,24-29) (5). De hecho, Marcos afirma que aquella "generación" que fue testigo de la guerra también contemplaría la parousía (13,30-32) (6). Aunque esta reinterpretación mantiene la inminencia de la expectativa, no obstante permite la prolongación del tiempo. Por ello se le denomina una "dilación de la escatología inminente".

                     Lucas-Hechos reinterpretan  todo esto de forma más bien diferente al afirmar que el "reino" ha llegado ya el día de Pentecostés. Además de encontrarse en el discurso de Pedro, que da esta interpretación a los acontecimientos, se halla también en la afirmación temática de Hch 1,6 (7), cuando los discípulos preguntan: "Señor, ¿es en este momento cuando vas a restablecer el reino de Israel?". La respuesta de Jesús constituye una anticipación de los acontecimientos de Pentecostés y la extensión de la Iglesia que sigue en Hechos: "No es cosa vuestra conocer el tiempo y el momento que el Padre ha fijado con su propia autoridad; al contrario, vosotros recibiréis una fuerza cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros y, de este modo, seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra" (Hch 1,7-8). Por tanto, los acontecimientos de Pentecostés se identifican explícitamente con la llegada del reino (Hch 1,6) y la llegada del eschaton o los "últimos días" (Hch 2,17).

                     Sin embargo, estos acontecimientos no pueden identificarse con el retorno de Jesús. La versión lucana del discurso apocalíptico elimina esta expectativa; sólo se refiere a la destrucción de Jerusalén (Lc 21,8-36) (8) como castigo por los pecados de Israel. En consecuencia, la parousía o el retorno de Jesus, se remite ahora a un punto más distante en el futuro no especificado, de un modo bastante semejantea lo que puede verse en algunas reinterpretaciones rabínicas. Por otra parte, es altamente paulino, en el sentido de que recoge el carácter dual del escatológico "ya sí, pero todavía no". Además, esta reinterpretación permite que se cumpla la esperanza inminente, mientras que se mantiene para el futuro la consumación escatológica final. Todo retraso en el interim se hace ahora menos problemático, y, en las apropiaciones posteriores del plan lucano, este período de interim se institucionalizará teológicamente con el nacimiento de una autocomprensión cristiana como la era o el período de la Iglesia. Una implicación adicional de este cambio terrenal; en su lugar se transformarça en el "juicio final" y la llegada de un reino celestial. Por tanto, a esta concepción escatológica se le ha denominado "escatología de presente y futuro" o "escatología iniciada".

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(1). 1Y añadió:
-Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto llegar el reinado de Dios con fuerza.  Traducción de la Nueva Biblia Española.
(2).  9ellos mismos, hablando de nosotros, cuentan qué acogida nos hicisteis, cómo abandonando los ídolos os convertisteis a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero 10y aguardar la vuelta desde el cielo de su Hijo, al que resucitó de la muerte, de Jesús, el que nos libra del castigo que viene.Traducción de la Nueva Biblia Española.
(3). 11Y más conociendo las circunstancias; ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora tenemos la salvación más cerca que cuando empezamos a creer. 12La noche está avanzada, el día se echa encima: dejemos las actividades propias de las tinieblas y pertrechémonos para actuar en la luz. Traducción de la Nueva Biblia Española.
(4). 21Y entonces, si alguien os dice: "Mira, aquí está el Mesías, míralo allí", no lo creáis, 22porque surgirán mesías falsos y profetas falsos y ofrecerán señales y prodigios que desviarían, si fuera posible, a los elegidos.
23¡Y vosotros, cuidado!, os lo he predicho todo. Traducción de la Nueva Biblia Española.
 (5). El proceso liberador en la historia, fruto de la misión. (Mt 24,29-31; Lc 21,25-28).

24Ahora bien, en aquellos días, después de aquella angustia, el sol se oscurecerá y la luna no dará su resplandor, 25las estrellas irán cayendo del cielo y las potencias que estàn en el cielo vacilarán, 26 y entonces verán llegar al Hombre entre nubes, con gran potencia y gloria, 27y entonces enviará a los ángeles y reunirá a sus elegidos de los cuatro vientos, del confín de la tierra al confín del cielo.

La ruina de Jerusalén: Su momento. (Mt 24,32-35; Lc 21,29-33).

28De la higuera, aprenden el sentido de la parábola: Cuando ya sus ramas se ponen tiernas y echa las hojas, sabéis que el verano está cerca.
29 Así también vosotros: cuando veáis que esas cosas están sucediendo, sabed que está cerca, a las puertas. Traducción de la Nueva Biblia Española.

(6). 30 Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo eso se cumpla.
31El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

La misión de la comunidad: Entrega plena (Mt 24,36-44).

32En cambio, en lo referente al día aquel o la hora, nadie entiende, ni siquiera los ángeles del cielo ni el Hijo, únicamente el Padre. Traducción de la Nueva Biblia Española.


(7). 6 Ellos, por su parte, se reunieron para preguntarle:
- Señor, ¿es en esta ocasión cuando vas a restaurar el reino para Israel? Traducción de la Nueva Biblia Española. 


(8). 8 Él respondió:
- Cuidado con dejarse extraviar, porque van a llegar muchos diciendo en nombre mío: "Yo soy" y "El momento está cerca"; no os vayáis tras ellos.
9 Cuando oigáis estruendo de batallas y subversiones, no tengáis pánico, porque eso tiene que suceder primero, pero el fin no será inmediato.
10 Entonces dijo a los discípulos:
- Se alzará nación contra nación y reino contra reino,
11 habrá grandes terremotos y, en diversos lugares, hambre y epidemias; habrá fenómenos terribles y señales grandes en el cielo.
12 Pero antes de todo eso os perseguirán y os echarán mano, para entregaros a las sinagogas y cárceles y conduciros ante reyes y gobernadores por causa mía.
13 Tendréis en eso una prueba.
14 Ahora, haced el propósito de no preocuparos por vuestra defensa,
15 porque yo os daré palabras tan acertadas que ninguno de vuestros adversarios podrá haceros frente o contradeciros.
16 Hasta vuestros padres y hermanos, parientes y amigos, os entregarán y os harán morir a algunos.
17 Seréis odiados de todos por razón de mi persona,
18 pero no perderéis ni un pelo de la cabeza.
19 Con vuestra constancia conseguiréis la vida.

PREDICE LA RUINA DE JERUSALÉN.

20 Cuando veáis que Jerusalén va siendo sitiada por ejércitos, sabed que está cerca su devastación.
21 Entonces, los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en la ciudad, que se alejen; los que estén en el campo, que no entren en la ciudad;
22 porque ésos son días de reivindicación en que se cumplirá todo lo que está escrito.
23 ¡Pobres las que están encinta o criando en aquellos días! Porque habrá una necesidad tremenda en la tierra y un castigo para este pueblo.
24 Caerán a filo de espada, los llevarán cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que los plazos de los paganos se cumplan.

LA CAÍDA DE LOS IMPERIOS. EL TRIUNFO DEL HIJO DEL HOMBRE.

25 Habrá señales en el sol, la luna y las estrellas, y en la tierra las naciones paganas serán presa de angustia, en vilo por el estruendo del mar y el oleaje,
26 mientras los hombres quedarán sin aliento por la temerosa expectación de lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo vacilarán.
27 Entonces verán llegar al Hombre en una nube con gran potencia y gloria.
28 Cuando empiece a suceder esto, poneos derechos y alzad la cabeza, porque está cerca vuestra liberación.

PROXIMIDAD DE LA DESTRUCCIÓN DE JERUSALÉN.

29 Y les puso una comparación:
- Fijaos en la higuera o en cualquier árbol:
30 cuando echan brotes, os basta verlos para saber que el verano está cerca.
31 Pues lo mismo, cuando veáis vosotros que están sucediendo estas cosas, sabed que está cerca el reinado de Dios.
32 Os aseguro que no pasará esta generación sin que todo suceda.
31 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

EXHORTACIÓN A LA VIGILANCIA.

34 Andaos con cuidado, que no se os embote la mente con el vicio, la borrachera y las preocupaciones de la vida, y el día aquel se os eche encima de improviso;
35 porque caerá como un lazo sobre todos los que habitan la faz de la tierra.
36 Ahuyentad el sueño y pedid fuerza en cada momento para escapar de todo lo que va a venir y poder manteneros de pie ante el Hombre. Traducción de la Nueva Biblia Española.
 

viernes, 12 de abril de 2013

Una visión de la historia dividida en épocas:la historografía en Lucas-Hechos.

                  Otros intereses temáticosde Lucas-Hechos giran en tornoa su utilización de materiales históricos y su historografía, es decir, su visión temática y teológica de la historia. Resulta irónicoque sea tan difícil precisar su fecha y lugar de redacción, cuando precisamente el autor lucano es, con mucho, el escritor de los evangelios que mayor interés muestra en contextualizar el relato de Jesús (y, de igual modo, de la Iglesia primitiva en Hechos) en el marco histórico romano. El énfasis que el autor pone en personas, lugares y acontecimientos  que pueden conocerse fácilmente, es bastante similar al de Josefo, que era contemporáneo suyo.

                  Ahora bien, la importancia que da a lo histórico no significa que la obra sea genuinamente histórica. De hecho, la mayoría de los historiadores del mundo antiguo eran un tanto imprecisos sobre los datos históricos. Ya hemos comentado este problema con respecto a la datación que hace Lucas del nacimiento de Jesús en la época de censo que tuvo lugar el año 6 d.C. Incluso en Josefo  http://es.wikipedia.org/wiki/Flavio_Josefo resulta a veces altamente difícil precisar los datos históricos o la secuencia cronológica de acontecimientos, y se ha demostrado que retoca los relatos para adaptarlos a sus intereses personales o religiosos. Por consiguiente, resulta muy importante identificar el programa historiográfico del autor para comprender por qué se cuenta la historia de un modo y no de otro.

                  Los cambios, que ya hemos percibido en el contenido de Lucas-Hechos, no son sino una pista que nos conduce a su elaboración historiográfica. En el centro del relato nos encontramoscon dos temas fundamentales: el papel de Jerusalén y el papel del Espíritu Santo en la dirección de los momentos clave del relato. Podemos ver con mayor claridad estos elementos en el primer discurso de Jesús en Lucas y en el primero de Pedro en Hechos:

Lc 4,16-21:

16 Llegó a Nazaret, donde se había criado. El sábado entró en la sinagoga, según su costumbre, y se levantó para tener la lectura.
17 Le entregaron el volumen del profeta Isaías y, desarrollando el volumen, dio con el pasaje donde estaba escrito:

18 El Espíritu del Señor descansa sobre mí,
porque él me ha hungido.
Me ha enviado a dar la buena noticia a los pobres,
a proclamar la libertad a los cautivos,
y la vista a los ciegos,
a poner en libertad a los oprimidos,
19 a proclamar el año favorable del Señor
(Is 61,1-2).

20 Enrolló el volumen, lo devolvió al sacristán y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos clavados en él,
21 y empezó a hablarles:
-Hoy ha quedado cumplido este pasaje ante vosotros que lo habéis escuchado.


Hch 2,14-21:

14 Pedro, de pie con los Once, alzó la voz y les dirigió la palabra:
- Judíos y todos los que residís en Jerusalén, enteraos bien de lo que pasa y prestad oídos a mis palabras;
15 porque éstos no están borrachos, como suponéis vosotros; no es más que media mañana.
16 No, está sucediendo lo que dijo el profeta Joel:


              17 Sucederá en los últimos días -dice Dios-
               que derramaré mi Espíritu sobre todo mortal:
               Profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas,
               vuestros jóvenes tendrán visiones
               y vuestros ancianos soñarán sueños;
               18 y sobre mis siervos y mis siervas derramaré mi
               Espíritu en aquellos días y profetizarán.
               19 Haré prodigios arriba en el cielo
               y señales abajo en la tierra:
               sangre, fuego, nubes de humo;
               20 el sol se hará tinieblas
               y la luna se teñirá de sangre,
               antes de que llegue el día del Señor,
               grande y esplendoroso.
               21 Sucederá que cuantos invoquen el nombre
               del Señor se salvarán (Jl 3,1-5). (1).

            Estos dos discursos son paralelos desde un punto de vista temático. En ambos casos nos encontramos con un acontecimiento "profético". En Lc 4, con el hecho de que Jesús abre el rollo y encuentra precisamente este pasaje (2); en Hechos, con el descenso del Espíritu y el milagro de las lenguas (Hch 2,1-4 ). En los dos casos, el que habla remite al acontecimiento y dice, directa o indirectamente, que aquello de lo que han sido testigos es el cumplimiento de las esperanzas apocalípticas. Para Lucas, el cumplimiento es la llegada del ungido, el mesías, en la persona de Jesús y su proclamación del "año de gracia del Señor";en Hechos, Pedro explica el milagro como el cumplimiento de un conjunto de profecías relativas a los "últimos días" (3). Por consiguiente, ambos discursos giran en torno a los temas del tiempo mesiánico final, la efusión del Espíritu y el cumplimiento de la profecía.

                   Estas dos escenas están henchidas de relevancia teológica para la historiografía lucana. Sirven para dividir el relato y como marco estructurante del tiempo escatológico en tres eras o épocas principales.

LA VISIÓN DE LA HISTORIA EN ÉPOCAS EN LA OBRA DE LUCAS-HECHOS.

1. La época de la Ley y los profetas (desde Abrahán hasta Juan el Bautista).

"La Ley y los Profetas llegan hasta Juan; a partir de ahí comienza a anunciarse la Buena Nueva del Reino de Dios y todos intentan entrar en él por la fuerza" (Lc 16,16).

Termina con el arresto y la  muerte de Juan el Bautista (Lc 3,19-20).
Nótese la ubicación de la genealogía lucana como interludio (Lc 3,23-38).

2. La época mesiánica de la proclamación del Reino (período del ministerio y muerte de Jesús).

"El Espíritu del Señor está sobre mí... para proclamar el año de gracia del Señor" (Lc 4,18-19).

El ministerio de Jesús comienza con el "discurso y el rechazo en Nazaret" (Lc 4,14-30) y concluye con la ascensión (Hch 1,9-11).

3. La época del Reino de la Iglesia (comenzando desde el día de Pentecostés).

"Ellos, en cambio, habiéndose reunido, le preguntaron: "Señor, ¿es en este momento cuando le vas a restablecer el Reino a Israel?". Él les contestó: "No es cosa vuestra conocer el tiempo y el momento que el Padre ha fijado con su propia autoridad. Pero recibiréis una fuerza cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros y, de este modo, seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra"" (Hch 1,6-8).

La llegada del Espíritu en Pentecostés (Hch 2,1-16).
El discurso de Pedro en ese mismo día y el cumplimiento de las profecías (Hch 2,17-47).

                Por esta razón, se le ha denominado una "visión de la historia en períodos" y también una "historia de la salvación" (4). Las dos denominaciones reflejan con toda precisión las dimensiones teológicas del modo en que la historia queda redefinida en torno al personaje de Jesús y de los acontecimientos mundiales del momento. Este planteamiento constituye una de las reinterpretaciones más importantes de la escatología para el desarrollo posterior de la teología y la autoidentificación cristiana.

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(1). Textos extraídos de la Nueva Biblia Española.

(2). La cita procede de Is 6,1-2 según la versión de los LXX; sin embargo, omite una frase del v.1 ("para curar los corazones rotos") y añade otra ("para liberar a los oprimidos") al final del versículo. La adición procede de Is 58,6. Los dos cambios parecen constituir un esfuerzo del autor lucano por dar al pasaje un significado más propiamente apocalíptico.

(3). La frase dice en griego eschatais hemerais, que es un modo típico de referirse al eschaton, que procede de la misma raíz. El grueso de la cita de Jl 3,1-5 (LXX); sin embargo, encontramos varios cambios. Entre otros, las palabras "en los últimos días, dice Dios" constituyen una inserción que no aparece en los LXX o en el texto hebreo de este pasaje. Parece que el autor lucano añadió esta frase para hacer más explícitas las conexiones escatológicas de la profecía.

(4). Esta línea de interpretación fue propuesta inicialmente por H. Conzelmann en su obra The Theology of St Luke, Harper & Row, Nueva York 1961, pp. 16-17, pero se ha visto modificada en la investigación más reciente.

miércoles, 10 de abril de 2013

Evangelio de Lucas - Hechos. Organización y temas.

                   Mientras que Mateo http://indiceevangeliodemateo.blogspot.com.es/ reorganiza sustancialmente el contenido de Marcos http://evangeliodemarcosindice.blogspot.com.es/, el evangelio de Lucas http://hechosdelosapostolesguion.blogspot.com.es/ sigue prácticamente el orden marcano y lo completa con Q http://es.wikipedia.org/wiki/Fuente_Qy otros materiales que introduce en varios momentos a lo largo del relato. No obstante, existen tres puntos clave en los que el autor lucano modifica notablemente el contenido básico de Marcos.

                    El primero se encuentra en Lc 4,14-30