sábado, 11 de mayo de 2013

LA CARTA A LOS EFESIOS.

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               La llamada carta a los Efesios no es realmente una carta ni fue dirigida a Éfeso. La ocasión y composición del texto requieren, por tanto, un atento examen, porque representa un paso importante en la tradición paulina posterior que tiene fuertes semejanzas con los desarrollos encontrados en Lucas-Hechos. Además, Efesios parece basarse en gran medida en la carta a los Colosenses http://www.cartaalosefesiosindice.blogspot.com.es/ (1). Las semejanzas de vocabulario e ideas teológicas, que no se encuentran en las otras cartas de Pablo, recorren sus páginas. Una sorprendente similaridad con Colosenses se encuentra en la referencia final a Tíquico, quien supuestamente es el que lleva la carta:

Efesios 6,21-22: 21Quiero que también vosotros sepáis qué es de mí y qué tal sigo; de todo os informará Fortunato (Tíquico), nuestro hermano querido y auxiliar fiel en la tarea del Señor. 22Os lo mando precisamente para que tengáis noticias nuestras y os dé ánimos. Traducción de la Nueva Biblia Española (En esta traducción aparece Fortunato).

Colosenes 4,7-8: 
7De todo lo que a mí se refiere os informará Fortunato (Tíquico), hermano querido, auxiliar fiel y compañero en el servicio del Señor; 8os lo mando precisamente para eso, para que sepáis de mí y os de ánimos. Traducción de la Nueva Biblia Española (En esta traducción aparece Fortunato).

                     Estas dos oraciones son casi iguales en el texto griego. Dada la estrecha relación entre ambos documentos, tanto por su estilo como por su teología, debemos concluir que los dos son de Pablo o pseudobiográficos. El peso de la evidencia inclina la balanza hacia la última opción.

                     Hay dos argumentos básicos que pueden explicar las abundantes semejanzas verbales entre Colosenes y Efesios. El primero afirma que el autor de Efesios tenía una copia de Colosenes y, pensando que se trataba de una auténtica carta de Pablo, la utilizó para dar a la nueva obra un sabor más paulino. Ésta es la hipótesis aceptada por la mayoría de los especialistas, incluso por aquellos que no piensan que Colosenses sea auténtica. De aquí que se asigne a Colosenses una fecha anterior (años setenta). Efesios se escribiría a finales de los ochenta o inicios de los noventa, probablemente en Éfeso (2). El hecho de que tanto Clemente de Roma como Ignacio de Antioquía parezcan conocerla constituye una prueba de que ya estaba en circulación a finales del siglo I.

                   El segundo argumento propone que Colosenses y Efesios se escribieron casi al mismo tiempo, y tal vez incluso por la misma persna, como parte de un gran intento por mantener el legado de Pablo. En esta perspectiva, Colosenses se desplazaría a una fecha posterior, la de Efesios, es decir, a los ochenta o los noventa, y las dos serían más o menos contemporáneas a Lucas-Hechos (3). Es incluso posible que lo que denominamos "Efesios" fuera originalmente escrita como compañera de la carta a los Laodicenses que se menciona en Col 4,16: 16Cuando hayáis leído vosotros esta carta haced que se lea también en la iglesia de Laodicea, y la de allí leedla también vosotros. (Traducción de la Nueva Biblia Española). De hecho, Marción http://es.wikipedia.org/wiki/Marci%C3%B3n, que se encontraba en Asia Menor en los años treinta del siglo II y compiló una primera colección de las cartas de Pablo, la identificó como la carta enviada a Laodicea (4).

                        El problema es que el nombre de Éfeso no aparece en la dirección del documento en los manuscritos más antiguos.
Primera pagina de la carta a los Efesios, que procede de uno de los libros de las cartas de Pablo más antiguas que han sobrevivido (ca. 200 d.C.; Michigan Papyrus 6238, página 146 [hoja 75 recto].



El título: [Página] 146 "A los efesios". 
Dirección de la carta: "...a los santos que son también fieles en Cristo Jesús" (Ef 1,1).

Aun cuando el título muestra que esta carta se había asociado a Éfeso en torno al año 200 d.C., las palabras en Epheso ("en Éfeso") no se encuentran en la dirección real. En algunos manuscritos posteriores se insertarán tras la frase "santos que son" (tois habiois ousin), en el v.2, como aparece subrayado en la fotografía.

                     Sólo encontramos la siguiente frase: "A los santos y fieles en Cristo Jesús" (Ef 1,1). Este dato es corroborado tanto por Marción como por sus adversarios. El título "A los efesios" se añadió en algún momento posterior del siglo II, probablemente porque se asoció a la colección de las cartas de Pablo que se llevó a cabo en Éfeso a finales del siglo I. Sólo posteriormente se añadieron las palabras "en Éfeso" a la dirección que encontramos en Ef 1,1. Aun así, para simplificar este asunto en nuestro comentario posterior, seguiremos la práctica habitual de denominarla carta a los Efesios.

                   Por su forma, estilo o vocabulario teológico, Efesios no sigue el modelo típico de las cartas de Pablo (5).  Desde el punto de vista estilístico, se caracteriza por largas oraciones en las que se apilan numerosos sinónimos como elementos decorativos y con un tono abstracto que no es propio de Pablo. En el texto griego, sólo la primera oración se extiende desde 1,3 hasta 1,14, mientras que la segunda va desde 1,15 a 1,23. Los rasgos epistolares clásicos y las convenciones formales que hallamos tan consistentemente expresados en las auténticas cartas de Pablo (y que se mantienen en gran parte de Colosenses) sólo se utilizan de forma limitada en Efesios; concretamente, en dos versículos al comienzo (1,1-2) y cuatro al final (6,21-24), donde encontramos la referencia a Tíquico. La utilización de las fórmulas de acción de gracias (1,16) y la exhortación (4,1) constituyen un mero ornamento que imita el estilo epistolar paulino, pues, de hecho, introducen unas reflexiones de índole más abstracta. A diferencia de las otras cartas, Efesios, es, más bien, un extenso tratado u homilía sobre el lugar de la Iglesia en el plan cósmico de la salvación (1,15-3,21) y una exhortación de carácter ético para los que forman parte de ella (4,1-6,20).

LA CARTA A LOS EFESIOS.

Fecha: ca. 85-95 d.C

Autor: Desconocido.

Atribución: Pablo.

Lugar: Éfeso (probablemente).

Destinatarios y ocasión: Una congregación paulina de algún lugar de Asia Menor, tal vez la misma Éfeso. La "carta" es, sobre todo, una extensa homilía sobre la Iglesia y una exhortación ética para vivir en su seno. Probablemente se escribió tras la muerte de Pablo para mantener vivo el legado paulino. O bien se basó en Colosenses o se escribió como obra complementaria a ésta.

Contenido:
I. Saludo (1,1-2).
1-2., Carta a los Efesios. 1

II. Bendición (1,3-14).















































15aboliendo en su vida mortal la ley de los minuciosos preceptos; así, con los dos, creó en sí mismo una humanidad nueva, estableciendo la paz, 16y a ambos, hechos un solo cuerpo, los reconcilió con Dios por medio de la cruz, matando en sí mismo la hostilidad. (Traducción de la Nueva Biblia Española).

                  Esta forma de entender la Iglesia que contramos en Efesios y Colosenses muestra también una nueva conciencia de sí misma. La escatología inminente ha desaparecido. Las ideas apocalípticas se reinterpretan mediante la idea de una Iglesia que es el ejército de Dios en la tierra que combate contra el diablo (Ef 6,10-20  ) Aunque no es posible probar que el autor de cada una de estas obras (o de las dos) fuera el mismo que el de Lucas-Hechos, la verdad es que existe una intensa correlación entre ellas, tanto en la forma de entender teológicamente la historia de la salvación como con respecto al lugar que ocupa la Iglesia en ella (6). Estod documentos de la escuela paulina se convierten, por tanto, en importantes filtros para reinterpretar a Pablo una vez consumada la separación con el judaísmo.



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(1). E. Best, "Who Used Whom? The Relationship of Ephesians and Colossians", New Testament Studies 43 (1997) 72-96.

(2). Éste es el punto de vista sostenido por Mitton, Furnish, Lincoln, Sampley y Taylor. Barth es el único autor contemporáneo que sostiene la paternidad paulina.

(3). Es el punto de vista sugerido por Dahl en su obra posterior y también por Gnilka.

(4). Tertuliano, Contra Marción 5.11.17. Parece que Marción le puso el título "A Laodicea" o "A los de Laodicea", basándose en Col 4,16.

 (5). Erasmo (1469-1536) http://es.wikipedia.org/wiki/Erasmo_de_Rotterdam fue el primer autor en notar estas diferencias y cuestionar la paternidad paulina.

(6). Cf. E. Käsemann, "Ephesians and Acts", en L E. Keck y J. L. Martyn (eds), Studies in Luke-Acts, Abingdon, Mashville 1966, pp. 288-297.
 

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